/!\ ATENCIÓN. AVISO DE SPOILERS /!\
La historia comienza con un oficial del ejército del Este, Flagg Gilgister (el Hitler de este juego), acompañado de un gordito (no os encariñéis con él) en una sala con una urna, y muchas bailarinas bailando (no me j@#*s) a su alrededor. Diréis "¿Qué hacen?". Pues un ritual para invocar a un ser maligno, cómo no.
¿Es Hitler o no es Hitler? |
Este tipo invoca a ese ser, el Genio, el cual tiene hambre después de 400 años durmiendo, y coge al gordito (que comparado con Flagg es más apetecible) y pa' dentro.
Que aproveche. |
El genio parece de todo menos malo (si fuma puros y todo). Pero que sea ridículo no significa que no sea malo. Va por ahí destruyendo pueblos con láseres que le salen de los dedos. Entre estos pueblos está el de nuestro protagonista Toan (el nombre se puede personalizar). Allí (Nolum se llama) se celebra un festival de no me acuerdo qué, y llega el otro a "animar la fiesta". Lanza los láseres por encima de Nolum y catapúm, todo se destruye, la gente grita aunque saben que eso no va a solucionar nada y, en medio de la destrucción, vemos a la "novia" de Toan, Paige, tirada debajo de un molino que se va a caer encima de ella. Toan, como buen "novio", se lanza hacia ella para salvarla, pero la escena se corta con un difuminado a blanco y cámara lenta, de esos que te hacen decir "¿Y qué c@#o ha pasado?".
Aquí está la destrucción de Nolum.
Pues que Simba, el rey... hada (¡JA!) los mete a todos menos a Toan, el "elegido", en unos boliches llamados Atla, y le concede la Atlamillia, una piedra capaz de absorber las Atla para reconstruir los pueblos, y un puñal. Ahora comienza la aventura.
El Rey Hada. |
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